Desde “Los Buguis” hasta “El amor es un perro que ruge desde los abismos”, su primera y reciente novela publicada por Editorial Planeta, la voz narrativa de J.J. Maldonado ha tratado siempre de pervertir esos códigos tan inclementes que encierra el realismo literario en tierras peruanas, o en todo caso, en su tradición más celebrada. Sus primeros cuentos, emancipados de la fiesta urbana y ruidosa, optaron por situarse en una Ñaña muy personal e hiperbolizada y trajeron consigo un nuevo pacto en los jóvenes presentes en sus historias. Un pacto que parece ser la obsesión inconsciente en los textos de Maldonado: la supervivencia, pero no entendida como escondite, subordinación o berrinche de niño sumiso, sino como todo lo contrario, la que busca arrancar y golpear desde la sangre en los puños y la sangre de sus protagonistas.

Así pues, “El amor es un perro que ruge desde los abismos”, narra la etapa post adolescente de Diosito, un joven sensible que ve caer el mundo a sus pies. Sin padre, con su madre muerta al inicio del viaje, gente de aura demente y bizarra con la cual es forzado a convivir y —de plato fuerte—, la noticia de su próxima paternidad, todo esto volcado de porrazo a su vida, en tiempos donde lo único que él deseaba como luz final era “vivir tranquilo”. Es a partir de aquí que el itinerario de su aprendizaje vital se verá minado por situaciones que irán configurando un mundo reglado por el hiperrealismo. Una historia que engancha, dividida en treinta capítulos un poco al estilo serie de televisión, con toques de humor negro, nuevas leyes callejeras y nuevas costumbres juveniles, explosión de elementos de la cultura pop, cuya estructura sencilla es amable con el lector contemporáneo, acostumbrado a la velocidad y el asombro. Eso, sin embargo, pertenece a la piel visible del libro, pues, como en toda buena obra, sus huesos y órganos internos están armados con una colección de recursos literarios de no tan fácil acceso al ojo superficial.

Apartando brevemente la historia de Diosito, pienso que el gran acierto de la novela se encuentra en su construcción, la cual se basa casi en su totalidad en guiños y referencias a expresiones muy disímiles y hasta quizá antagónicas, así como también a ingredientes de la cultura pop que trenzan un todo unitario y, sobre todo, autónomo.  Por ejemplo, ¿Qué tal una hermandad literaria entre el monólogo de Molly Bloom del colosal Ulises de James Joyce y la familia destornillada de la película La masacre de Texas? ¿Creepypastas de pollos mutantes y poesía de Bukowski? ¿Libros de culto limeños como Ciudad de M y Generación Cochebomba compartiendo tarima con el mundo sórdido del filme gore francés “Mártires”? ¿Mi pobre angelito y Holden Caulfield? ¿It de Stephen King y Ciudad Gótica? ¿Diálogos pornográficos con frases de Roberto Bolaño? Y tantas otras alusiones extraídas por el autor, que no desea pasar por “culto”, pero que en cierto modo lo es, pues ingiere sin reticencias el espíritu de su tiempo, tan pisoteado por las mentes dueñas de la verdad, y fabrica una obra que engloba técnica, “intelectualidad” y folclore popular.

Fotografía: Editorial Planeta

Como anoté líneas arriba, “El amor es un perro que ruge desde los abismos”, podría situarse en el campo hiperrealista. Esto es posible no solo por lo antes citado, sino también por el loable trabajo de lenguaje, el cual dirige la narración sin tapujos ni dudas y es punzante, vulgar, libre, a la vez que por momentos lírico y contemplativo. Desde sus primeros libros, J.J. Maldonado ha apostado por el lenguaje como pilar de su trabajo escrito.

Si un detalle me dejó deseando algo más como lector, fue quizá la escena en que Diosito se entera de su próxima paternidad y el modo en que Romana —su pareja—se lo hace creer, pues tal escenario en contraposición a todas las hipérboles muy bien logradas del libro, puede quedar un poco por debajo al ser simplemente presentada en forma de diálogo. Hago mención a esta escena, ya que es uno de los disparadores principales en el camino vivencial de Diosito. Aún así, repito, es más que nada una impresión de lector.

De modo parecido a sus entregas anteriores, los temas tratados por J.J. Maldonado en “El amor es un perro que ruge desde los abismos”, son pues la amistad, el compañerismo, la supervivencia, el desafío a un mundo plagado de violencia y vaciado de leyes, la desconfiguración del amor.

Libro recomendado.