El eco que definía la vida de Elara no era un sonido. Era una ausencia, un vacío tan inmenso que se había convertido en la única certeza. La frase que llevaba tatuada en el alma, la que gritaba muda e...
El eco que definía la vida de Elara no era un sonido. Era una ausencia, un vacío tan inmenso que se había convertido en la única certeza. La frase que llevaba tatuada en el alma, la que gritaba muda e...