Por Alexander Forsyth En mi nota anterior («Lima y su [pequeños] misterios») les contaba que, viviendo rodeado de una fealdad extrema en la década de 1980 –en la que uno se ahogaba cada hora del día, ...
Por Alexander Forsyth En mi nota anterior («Lima y su [pequeños] misterios») les contaba que, viviendo rodeado de una fealdad extrema en la década de 1980 –en la que uno se ahogaba cada hora del día, ...