En el mes en que hubiera cumplido 88 años, se recuerda al gran poeta Manuel Pantigoso Pecero con el lanzamiento de Rompeolas de Altamar, edición póstuma de dos tomos que reúne la obra poética completa de quien es considerado una de las voces más altas de la poesía contemporánea en Perú.
“La voz del poeta puede no ser, fundamentalmente, poesía de circunstancias o de lo cotidiano, pero también es cierto que ningún verdadero poema ha de brotar de la exclusiva fantasía o de lo irreal imaginado. Su esencia siempre será rasgada por un evento íntimo, una anécdota o un pasaje que dejó su huella a sangre abierta. Puede el poeta olvidarse de los hechos, pero ha de quedar siempre ese vaho sensible o atmósfera plástica, visual, sonora, rítmica, espacial, dentro de una necesidad de integrarlo todo a fin de rechazar la dispersión y el desarraigo”, señaló en alguna oportunidad el mismo autor, quien se encargó de adelantar esta obra completa antes de su partida acaecida en marzo último.
“La existencia entera de Manuel Pantigoso no puede entenderse de otra manera que a través de sus publicaciones. Su biografía son sus libros”, asegura el escritor y crítico literario Roberto Reyes Tarazona.
Por su parte, el poeta e investigador literario Antonio Sarmiento Anticona coincide en que tenemos que ir a la obra de Pantigoso para que ella nos explique la esencia de su ser, de su relación con la sociedad, su visión de vida múltiple y unitaria, en creación permanente.
“No es que el asedio biográfico determine su poética, sino que a través de él se manifiesta la doctrina estética del vate, compatible con su sentido ético y su postura frente al mundo, anudados a la emoción y al espectáculo de la naturaleza y de la vida, sentida desde los adentros de la palabra poética”, agrega.
Según Sarmiento, se trata de una poesía entroncada con lo más vital de sí mismo. “Pantigoso fue un hombre que admiraba la vida, bebía de ella, que estaba con sus amigos, que salía a pasear, vibraba con la belleza, se angustiaba con el dolor colocándose en contra de la injusticia”.
El propio Pantigoso manifestó que “el recuerdo del poeta implica la inminencia del descubrimiento, de la invención que la palabra poética traduce con la rapidez y la eficacia del vértigo o del relámpago. Quien realiza este transvase es la emoción que inclusive está más allá del recuerdo: en los intersticios de las indescifrables emociones (mitos, melancolías, sueños, exaltación del ánimo, deliquios, etc.)”.
“Mi padre hubiera cumplido 88 años este mes de agosto. Pero Manuel Pantigoso se nos fue silente, el 10 de marzo pasado. Y nos ha dejado un vacío irreparable. Pero siempre estará en nuestros corazones, y su alma artística de poeta universal, es un ejemplo para todos de lo que es luchar ante la adversidad, un ejemplo de generosidad, amistad, bondad, de un darse a los demás permanente”, sostiene su hijo Francisco Pantigoso.
Manuel Pantigoso Pecero nació el 27 de agosto de 1936 en Lima y falleció en esta misma ciudad el 10 de marzo de 2024. Dedicó su vida a la creación literaria. Fue poeta, crítico literario y de arte, autor teatral, periodista y maestro universitario. Fue Doctor en Literatura, Filología y en Educación. Estudió literatura, pedagogía y arte en Perú, Brasil, España e Italia. Fue profesor emérito de la Universidad Nacional de San Marcos, doctor honoris causa de la Universidad Ricardo Palma y profesor honorario de las Universidades San Luis Gonzaga de Ica, Nacional del Altiplano de Puno y San Cristóbal de Huamanga en Ayacucho.
Se desempeñó como director de la Oficina Central de Extensión Cultural y Proyección Social de la Universidad Ricardo Palma y presidente del Instituto Ricardo Palma. También fue miembro de número de la Academia Peruana de la Lengua y miembro correspondiente de la Real Academia Española desde 1982. Además, fue miembro correspondiente de la Academia de Letras de São Luiz de Maranhão (Brasil).
Obtuvo, entre otros galardones, el Premio Nacional Javier Prado (1970), las Palmas Magisteriales del Perú en el Grado de Maestro (2000), el Premio Internacional Thesaurus de Poesía (Brasilia, 2008), la Médaille de l’Assemblée Nationale Française (París, 2009) y la Orden al Mérito por Servicios Distinguidos en el Grado de Gran Oficial del Estado Peruano (2023).
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