Por: Aarón Alva
El pasado 17 de junio 2025, la pianista china Yuja Wang, junto a la Mahler Chamber Orchestra, ofrecieron un memorable concierto en el Teatro Municipal de Lima. La capital peruana presenció un espectáculo de primer nivel, pues el virtuosismo de Wang y la solidez de la orquesta deleitaron al público, que llenó cada butaca del teatro. Proveniente de una familia de músicos, la pianista china se forjó en Canadá, y fue en 2007, a la edad de 20 años, que dio el salto internacional al reemplazar a la afamada concertista argentina Martha Argerich en un concierto junto a la Orquesta Sinfónica de Boston. Desde entonces, se ha presentado en los más prestigiosos escenarios del mundo, y ha obtenido numerosos premios, entre los que destaca el Grammy al Mejor Solista Instrumental Clásico, en 2023. Por su parte, la Mahler Chamber Orchestra, fundada en 1997 por Claudio Abbado, y con sede en Berlín, Alemania, es dirigida por sus propios músicos, muchos de ellos provenientes de diversos países. Es conocida por presentarse en ocasiones sin director.
Para cada concierto, Yuja Wang tiene una premisa muy clara: Creo firmemente que cada programa debe tener vida propia y ser una representación de cómo me siento en ese momento, según declaró al New York Times. Y es que sus palabras resultan precisas para lo que fue su reciente presentación en Lima, ciudad elegida para culminar su gira por Sudamérica. ¿Cuál fue su propuesta en suelo peruano? Darle al espectáculo un rostro totalmente moderno, reflejado en el orden de las piezas y, por supuesto, en su característica presencia escénica.
La velada inició con el concierto en mi bemol Dumbarton Oaks, de Igor Stravinsky, interpretado por la Mahler Chamber Orchestra; se trata de una pieza ágil e intrépida, cuyos movimientos se entrelazan sin descanso mediante contrapuntos de corte bachiano y juegos rítmicos propios del periodo neoclásico del compositor ruso. Espléndida apertura por parte de la MCO.
Acto seguido, Yuja Wang ingresó al escenario y los aplausos estallaron en el teatro. La pianista china, de vestimenta y carisma luminosos, produjo literalmente un éxtasis sonoro al interpretar el Concierto para Piano y Orquesta N°4 de Nikolai Kapustin. Qué fuerza volcánica, qué puro deleite. Un virtuosismo nada gratuito, sino vinculado por necesidad al carácter intempestivo de una obra moderna, de influencia jazzística y también conectada sin pausa entre sus movimientos. A pesar de haber sido compuesta en 1989, su lenguaje refleja el flujo actual de una época imparable, veloz y polirítmica, en la que existen a su vez pasajes de calma introspectiva y libre para el intérprete. A través de su interpretación, Yuja Wang parecía decirle al público limeño “hoy me siento invencible”.
Luego del intermedio, la Mahler Chamber Orchestra continuó con la Obertura Coriolano de Ludwig van Beethoven. Sencillamente poderosa y profunda. Aunque cada músico tenía la partitura frente a sí, la sensación fue la de escuchar una pieza interpretada de memoria, dominada por la tempestad propia de un Beethoven entregado a la tragedia. Recordemos que esta pieza fue compuesta como introducción musical a una obra trágica del poeta alemán Heinrich Joseph von Collin.
El programa cerró con el Concierto para piano y orquesta N°1 de Tchaikovsky. Wang regresó al escenario, se ubicó al piano y desde allí dirigió ella misma al conjunto de músicos. Una versión propia desde su personalidad musical, en la que orquesta y pianista vivificaron el espíritu romántico y pasional del compositor de El lago de los cisnes.
Los aplausos del público se extendieron largos minutos. No podía ser de otra forma. La audiencia deseaba, necesitaba más de Wang, quien regaló dos bises: una pieza con aires latinos, acompañada por cajón peruano, y una selección de temas de la ópera Carmen, llena de virtuosismo y desbordante expresividad.
Si, como dice Wang, cada programa representa su estado anímico en un momento preciso, ese día debe haberse sentido invencible. Y lo fue. Sencillamente, un concierto perfecto.