Por: Aarón Alva
Estos días leí Bestiario de Ludovico (La nave, 2024), de Jorge Rivera Rojas, un texto a manera de falso manuscrito (recurso literario de metaficción donde el autor crea una narrativa ficticia bajo la apariencia de un documento histórico). La obra presenta una colección de descripciones de animales reales y fantásticos, registrados por el imaginario Luis de Visán, o simplemente Ludovico, un supuesto funcionario y visitador español que habría llegado a tierras peruanas acompañando al Conde de Nieva, allá por el siglo XVI.
La introducción del texto señala que, en 2011, durante una excavación en Qoramarca, un poblado del valle del Apurímac, se encontró un manuscrito cuya investigación estuvo a cargo del historiador Pedro Gómez Cieza (nombre derivado del conquistador español Pedro Cieza de León). La importancia del hallazgo reside en que este sería el “primer bestiario orgánico de la historia del Perú”, pues, aunque aparecen recuentos de fauna en conocidos textos históricos reales, no existía un bestiario como tal. De ese modo, la obra se sumaría a famosos bestiarios, como el Physiologus, el Bestiario de Aberdeen, el Bestiario de Ashmole, entre otros de gran valor.
Asimismo, el orden de las descripciones reunidas por Ludovico seguiría el curso de una travesía continental, desde su desembarco inicial en Panamá, pasando por gran parte del territorio peruano, hasta llegar a Bolivia y Argentina. En cuanto al lenguaje, se dice que los editores modernizaron la particular ortografía de los escritos del siglo XVI, con el fin de facilitar su comprensión al público actual. Justamente, el lenguaje es uno de los principales logros de la obra, destacándose por su dinamismo y frescura contemporánea, cuidando un estilo humorístico, lúdicos y profundo cuando es necesario. El autor describe con precisión los atributos de cada animal, incluso cuando este es ficticio, y brinda al lector una imagen vívida respaldada por datos y detalles geográficos. Por supuesto, como bien señala el prólogo, la lista no constituye únicamente una simple cartografía de criaturas, sino que refleja las coordenadas de una percepción inducida por la experiencia humana desde una cultura establecida. Mediante la ficción, Rivera Rojas, pretende hurgar en la mente, y la vez divertirse, de un viajero foráneo con instinto para la exploración, entregado a la sorpresa producida por su llegad al “nuevo mundo”. Su visión, marcada por preceptos religiosos y socioculturales, genera un “choque” natural al descubrir las costumbres y su enfoque sobre el mundo natural y metafísico. Aun así, el tratamiento de la obra es honesto y maneja el tema sin prejuicios superficiales que degraden su propuesta estética y moral.
Veamos un texto de la lista:
“De los perros pelados
Hay una manera de perro que ha perdido el pelo, cual si estuviera escaldado. Y ansí debe haber ocurrido, porque son bastante calientes y son de color cenizo como si tuvieran una costra en toda la piel, aunque no son ásperos si se les pasa la mano por los lomos. Úsanlos los naturales para calmar el dolor de huesos. Hacen yacer los yndios al animal sobre las piernas o el torso de los dolientes, y dicen que ansí se alivian. Algunos traen un penacho en la cabeza a la usanza de los caciques, aunque no ostenten título tal entre los perros, creo yo que es más bien para hazer mofa de los hombres.”
Acompañan la lista ilustraciones hechas por el mismo autor, que armonizan adecuadamente con el texto. En la introducción se menciona que el manuscrito original del Bestiario de Ludovico se encuentra en los archivos de la Biblioteca Nacional del Perú. Una lúdica mentira que sería muy agradable de creer.
Libro recomendado.
Ficha técnica
Bestiario de Ludovico, de Jorge Rivera Rojas
Editorial: Estación La Cultura, para su sello «La Nave»
129 páginas
Tapa rústica
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