Soledad Tomairo es limeña, madre y artista plástica de corazón, de una impecable y reconocida trayectoria artística. En 1983 descubrió su verdadera vocación mientras estudiaba Diseño Gráfico y desde entonces la pintura siempre ha tenido espacio en su vida. Hoy es su actividad principal y gracias a ella puede expresar su admiración y nostalgia por el arte de los maestros del pasado. Su primera exposición fue en el año 2007, y desde entonces ha recibido diversas distinciones por su obra, como el Diploma de Honor por su labor artística en la universidad UNMSM. 2014. En 2016 Soledad ha participado en las siguiente muestras colectivas «Noche de Arte, Lima – Perú. 2013 – 2016», Salón de Pintura Peruana, Latino Art Museum – California USA. 2016 e «Imágenes y Pinceladas de América», Madrid – España. 2016.

Personalmente, como pintora y diseñadora admiro muchísimo su trabajo y quiero compartir con ustedes esta amigable entrevista que Soledad, muy amablemente, accedió de manera escrita y por audio. ¡Espero sea de su total agrado!

Hace algunos años tuve la oportunidad de frecuentar un grupo de colegas que coincidían en su admiración por el arte clásico y por intermedio de ellos conocí al maestro Fernando Saldias quien nos invitó a conocer su museo. La ambientación del lugar al estilo barroco me dejó maravillada y mayor fue mi emoción al ver las reproducciones que Fernando había realizado. Estaban Rubens, Rembrandt y Caravaggio entre otros, allí encontré una gran fuente de inspiración.

Creo que el arte en general permite aflorar nuestra capacidad creativa. Podemos mediante el ejercicio de cualquier actividad artística expresar las emociones, los sentimientos y a la vez explorar nuestro mundo interior. En cuanto a la pintura creo que es un medio a través del cual puedo plasmar en un lienzo las imágenes de fantasía que voy creando en mi mente.

Puedo nombrar a Rubens, Rembrandt o El Bosco, pero no puedo dejar de nombrar a  Vermeer de quien admiro su manera de interpretar lo cotidiano, con sus personajes  dentro de un ambiente íntimo, iluminados por una luz que les da un aspecto misterioso.

Empiezo por elegir como modelo algún personaje de una pintura antigua, a partir de este modelo mediante el dibujo voy haciéndole modificaciones de acuerdo a mi criterio y les agrego elementos que lo hacen ver a veces mágicos, misteriosos o juguetones.

Me ha enseñado a canalizar mis energías y enfocarlas hacia objetivos concretos. He aprendido a ser constante y disciplinada.

Por lo general hago muchos bocetos sencillos y luego elijo alguno que me parece más interesante.  Hasta allí decido yo, después en el proceso de ejecución de la obra puedo hacer cambios, agregando o retirando elementos de acuerdo a lo que requieren la composición y el color. Al final muchas veces el cuadro termina siendo muy distinto a como lo había planteado inicialmente.

Primero hay que tener una gran vocación para dedicarse a esto y muchas veces estar dispuesto a hacer  sacrificios para seguir en este camino. En mi caso una de mis virtudes es el apasionamiento con el que me dedico a pintar, a veces me cuesta  mucho dejar el taller…

Creo que cada persona, en este caso cada artista, tiene un pensamiento acerca de la política y es libre de expresarlo o no en sus obras. Yo creo que el arte sí puede aportar en la búsqueda de soluciones.

Comentando sobre el tema con algunos colegas que trabajan con galerías, coincidían en que países como Brasil y Colombia principalmente tienen un gran mercado de arte en latinoamérica.

Hay dos etapas dentro de mi actividad artística, la primera es aquella cuando me dedicaba al Diseño Gráfico y formaba parte de un grupo de diseñadores que trabajamos en la creación de pequeñas revistas de variedades pero no me sentía conforme con lo que hacíamos y decidí hacerme alumna libre en la Escuela de Bellas Artes y al año siguiente empecé a tomar clases de pintura en el Museo de Arte de Lima.

Después de esto hubo un lapso en el que me dediqué por completo a mi familia y en especial a mi hijo. Esporádicamente pintaba algunos cuadros o los dejaba en proceso.

La segunda etapa empieza a mediados del 2010 cuando  gracias al apoyo de unos colegas recibo la invitación para formar parte de una agrupación de artistas plásticos denominada Sociedad Figurativa y junto a ellos empiezo a participar en las actividades artísticas.

Creo que es en esta etapa donde realizo las obras que mas me identifican y entre ellas está la obra “Niño de Rojo” que está inspirada en la infancia de mi hijo.

Pintar, dibujar, leer. Compartir con mi familia y disfrutar de las travesuras de “Cooper”, que es mi adorada mascota.

Estoy pintando las obras con las que participaré en el “Primer Salón Internacional de Artes Visuales Trujillo-Perú 2017”, luego espero volver a ser convocada para el evento “Noche de Arte” y  también tenemos una muestra en homenaje al amigo y colega Ladislao Plasencia. Para el próximo año estamos concretando una muestra junto a los colegas de la agrupación de artistas plásticos “Neo-Realistas.py” en Paraguay.

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