Victor Ruiz de Somocurcio (Lima – Perú 1975) estudió dos profesiones que están ligadas estrechamente. Egresó primeramente de la UNMSM como filósofo, donde obtuvo un compromiso con la racionalidad, y más adelante se formó como artista plástico en ENBAPE, donde consigue dominar el trabajo con la emoción. Siente satifacción de haber logrado combinar ambas dimensiones del ser humano, razón y emoción. Su obra pictórica evoluciona constantemente según sus investigaciones filosóficas, por lo que hay periodos con obras más ligadas a la filosofía de Nietszche y otras pinturas más cercanas al existencialismo, donde abarcan temáticas sobre la libertad. Ha transitado desde el surrealismo hasta el simbolismo, pero siempre en un tono reflexivo y de cuestionamiento.
La pintura me permite elaborar una narrativa que no se puede expresar por otros medios.
El verdadero arte es más que decoración. Distinto es un buen abstracto bien pensado, bien trabajado que requiere mucho talento como por ejemplo las obras de Sean Scully, o Szyszlo.
Recuerdo que dibujar a los héroes masculinos que pedían en el colegio me fue aburriendo, y terminé buscando mis heroínas femeninas.
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