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Literatura Poesía

Conoce los mejores poemas de Víctor Armas Regal de su libro De cara a Dios

Foto: Lucía Portocarrero

 

Alguna vez

Alguna vez;

cuando no exista ni dolor,

ni sufrimiento, ni la vida misma.

Alguna vez; cuando todo acabe y el fin

no incluya

un nuevo inicio.

Alguna vez;

cuando todo sea nada y nada

sea todo.

Marcas

No me importa dónde vayas

o qué quieras encontrar; no me importa si me extrañas

o me has podido olvidar.

Hace tiempo que eres nada y nada importa lo que fue. Solo vivo el mañana, el pasado… lo olvidé

Si en el alma tengo marcas que recuerdan qué fue ayer, esas marcas evitaron

incluir lo que no fue.

Si en las huellas buscan rastros

o vestigios o yo que sé, te aseguro hallarás nada porque nada es lo que fue.

Desde las arenas a las que fui desterrado, hoy me provoca, con inusual obstinación, proclamar

las ampollas y los callos que fui adquiriendo con total resignación.

No me imagino el final de la jornada, no me imagino el oasis que hallaré; solo persigo,

humilde desterrado, que ojalá sirvan las heridas que forjé.

Quizá a la sombra de un gran árbol, tendido mi sed yo saciaré.

Quizá mil manos amorosas, de aceites untaran mi herida piel.

Mas pienso

que feliz recompensado, un día

al final me sentiré,

si aquellas heridas y esos callos sirvieron o tuvieron un porqué.

Aún sueño

Está por amanecer

y así mi vida acaba,

hasta un nuevo oscurecer

en que el sueño evada,

lo que empiezo a comprender

más que vida, es nada.

Por qué me aferro a mis sueños

 si no me alivia el alma.

Por qué me aferro a la vida

 si la vivo sin calma.

Por qué no soy más sincero,

por qué no confieso que al alba

busco el dormir otra vez y encontrar mi morada, a la que quiero

 volver rehuyendo de la alborada.

Me preguntas qué sueño y mi respuesta te agrada:

Soy esclavo y soy dueño y tú mi esclava y mi amada,

que en el sueño ofreces paz a mi alma extraviada

En esa paz tan prestada

a Dios elevo mis preces

y le aseguro mil veces,

y hasta llego a prometer:

te he soñado tantas veces

que te he visto envejecer.

Te he soñado tantas veces

que del sueño odio volver.

Te he soñado tantas veces

que tus senos me han ahogado

 y en tu cuerpo  he contemplado

el fruto del amor crecer.

Qué quisieras regalarme?

Qué quisieras regalarme hoy mi Dios,

que me has hablado.

Qué quisieras regalarme oh mi Dios,

 que me has tocado.

Qué quisieras regalarme

si tu llamado he escuchado,

y sin haber preguntado

 toda mi vida has tomado.

Qué quisieras regalarme

sí la vida que me diste,

fue tuya cuando quisiste,

sin siquiera consolarme.

Aunque creo que pudiste

por lo menos preguntarme …

Sí creo que Dios existe.


La partida

Son tristes las despedidas si uno no quiere marchar,

pero estas son bienvenidas si acercan el retornar.

No importa que vaya lejos o tarde en regresar;

los llevo junto conmigo y dejo también un hogar.

Los días serán más largos y no dejaré de extrañar;

incluso días amargos son dulces de recordar.

Mas partan pronto les pido pues no podré soportar

el tenerlos conmigo y no poderlos llevar.

Anuncio al partir mi regreso,

la vuelta al querido hogar;

aunque para eso cien años vaya tomar.

Me alegra saber, se los digo,

a punto ya de marchar,

que si uno parte querido jamás parte al final.

A mi madre

Nube
que en silencio flota,
que cubre con sombra
el lugar en que posa;
contempla, vigila
y nutre amorosa
el suelo fecundo
en que la vida brota,
secando la suya
gota a gota.

Alma de Dios

Alma de Dios,

demonio furtivo;

intento escribir y no lo consigo;

intento decir tan lleno de olvido:

Me siento tan lleno de tanto vacío,

me siento tan vivo y vivir no consigo,

me siento tan solo rodeado de amigos,

alfombra tan blanca la nube en que vivo,

que vago en su magia, soñando que vivo.

Añoro la vida que nunca he vivido, repudio los sueños que anuncian destino. Patriarca de antaño, profeta escondido, me cuesta entonar tus coros, tus trinos. Paloma que lleva en el pico el olivo, nos trae la esperanza en la paja del nido.

Malditas las horas que huelen a olvido, bendito el olvido de horas de castigo. Inmensos salones conforman mi sino, ridículas chozas las horas que vivo.

Mujer de ojos dulces, que acunan al niño; la madre del hombre, que sufre en sigilo, soporta desaires, pesares y altivos

aires de una fuerza que nunca ha existido. Es más lo que siento, es más lo que vivo, e intento escribirlo y no lo consigo.

A continuación compartimos una bella interpretación de Diana Portocarrero y Aarón Alva, quienes realizaron un recital poético musicalizado, en la librería Escena Libre del Centro Cultural PUCP, como parte de la presentación del libro “De Cara a Dios”.

“De Cara a Dios” es el libro póstumo de Victor Armas Regal, presentado por primera vez en junio  2017,  bajo el sello del Grupo Editorial Caja Negra. Pueden encontrar el libro  en las librerías Crisol, Ibero, Zeta BookStore, Polka Trujillo, Apyce, Librería PUCP y El Virrey, además de su versión digital en Amazon.


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