La vida es como una clásica partida de Mario. El objetivo parece estar siempre lejos, y para alcanzarlo se deben superar kilómetros de obstáculos, entre enemigos y trampas. Es una lección temprana que muchos niños milennials aprendieron alguna vez frente a la pantalla de su monitor con el mando de control.
Es por ello que la saga de Super Mario Bros y su héroe titular es más que una serie de videojuegos; hablamos de un ícono generacional de la feliz infancia de millones de personas en el mundo y, en consecuencia, la película animada -largamente esperada- resultó un éxito categórico, a pesar de la mirada arrogante de algunos “críticos”.
Borremos de la existencia la horrible y olvidable película del 93’, porque este nuevo filme sí le hace total justicia al popular y querido fontanero. Se trata de una auténtica celebración de más de 40 años de existencia y una aventura familiar tan divertida como disfrutable. Nintendo, en colaboración con el estudio Ilumination -conocido por la serie Minions- se supera en lo visual y recrear con éxito todos los aspectos reconocibles de los juegos, desde las clásicas partidas con obstáculos hasta el frenético “Mario Kart”; sin duda uno de los momentos más divertidos de la película.
Poco importa si a los “críticos” no le gustó. Se trata de un producto pensado para los fans de toda la vida y es evidente el cariño transmitido en la elaboración de cada plano, además del trabajo musical de Brian Tyler, el cual recrea las melodías de Koji Kondo que nos acompañaron por tantos años.
La trama de la película es sencilla y puede contarse en una sola línea (un punto flojo que los críticos usaron para atizar al filme). Mario y Luigui, dos encantadores fontaneros, son transportados por accidente a otra dimensión. Mientras Luigui se pierde en el tenebroso mundo del malvado Bowser, Mario busca aliarse a la princesa Peach del colorido reino Champiñón con el fin de encontrar a su querido hermano. Entretanto descubre asombrosas habilidades y supera difíciles pruebas.
La película tiene todo para entretener a niños y adultos: despliega gran humor hasta en su personaje villano, el carismático e intimidante Bowser, interpretado en su versión original por el simpático Jack Black. La canción de amor dedicada a la princesa Peach aparece en uno de los momentos más hilarantes del filme y su popularidad ya es tal, que los fans reclaman postularla a Mejor Canción Original para los premios Oscar.
Super Mario es asimismo un compendio de más de 40 años de aventuras con innumerables y disfrutables referencias y apela al humor y diversión sin pretensiones. No obstante, es criticable su falta de ambición narrativa, pero los personajes desbordan carisma, el villano es amenazante y divertido y la calidad visual de Ilumination para recrear los mundos de Mario es espectacular. Por otro lado, es una obra que apela a la nostalgia, pues de seguro muchos adultos irán a verla con sus hijos, indiferentes a su calidad narrativa. Es una lástima el escaso número de funciones subtituladas. Gran parte del público se perderá del trabajo vocal de figuras como Chris Pratt como Mario, Chalie Day como Luigui, Anya Taylor-Joy como Peach, Seth Rogen como Donkey Kong y Jack Black como Bowser.
Si bien la película fue vapuleada por los egocéntricos críticos, nos encontramos ante un éxito rotundo gracias al público en sí mismo. El filme animado es el más taquillero en su primer fin de semana, superando a la popular Frozen, lo cual se ve reflejado con un 96% de aprobación de la audiencia, frente al 57% de los críticos. La popularidad del bajito fontanero italiano se mantiene intacta.
Super Mario es cine animado sin más pretensiones que la de divertir y despertar a ese niño interior que llevamos dormido.
Puntación: 3 de 4 puntos.
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