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Iván Fernández-Dávila: «Ser artista es una apuesta contra todo y contra todos»

La obra del pintor peruano Iván Fernández Dávila (Lima, 1983) vuelve a exponerse en París, nada menos que en la reconocida universidad La Sorbona. La exposición, titulada Fiesta, va hasta el 06 de octubre y cuenta con la curaduría del también pintor peruano Walter Mamani. Concebida en parte como un homenaje a Pablo Picasso por el cincuentenario de su muerte, la muestra da cuenta del universo propio de Fernández Dávila, de su devoción por escenas y personajes característicos en su obra, como son la música y la bohemia, pero también por el acercamiento a un reposo discreto y cierta cuota de angustia. Al respecto, conversamos con el artista.
1. Presentas tu decimonovena exposición individual en cuarenta años de vida. ¿Cómo percibes tu evolución desde la primera hasta la reciente?
El deslumbramiento de la existencia y sus avatares inclina ciertas sensibilidades a la expresión artística como una necesidad de dar una versión de lo vivido que no logramos comprender. No se quiere, no se decide ser artista, uno descubre simplemente que lo es. Como un designio, una fatalidad, no es una voluntad.
Viendo en retrospectiva mi trabajo, diría que refleja la idea de la existencia como tragicomedia, como farsa. Embarcados en la Nave de Los Locos, los individuos vivimos nuestras particulares experiencias de amor, vida y muerte, como buenamente podemos en una estructura que nos sobrepasa y que nos puede aniquilar de un momento a otro. Es la Historia, que las personas simplemente padecemos. Mi trabajo tiende a ser últimamente una especie de Nueva Pintura de Historia.
2. En Fiesta se aprecian muchas fases y personalidades. Aparece el colectivo alegre, pero también la soledad y angustia, como, por ejemplo, en “Cuarenta”. Coméntanos sobre esta conjunción. 
Es la vida, la simultaneidad de circunstancias en las que nos encontramos personal o colectivamente y que pueden cambiar en un instante. Por ejemplo, la Pandemia nos demostró el peso de la Historia. Como artista me interesa representar todos los aspectos posibles de la experiencia humana. En esta exposición, como señalas, existen estos diversos contrastes, emocionales si se quiere, porque ni estamos todo el tiempo bien, ni todo el tiempo mal. Vivimos entre el dolor y el aburrimiento como escribió Schopenhauer, en algún lado. “Cuarenta” responde evidentemente a la edad alcanzada y el parteaguas que significa, al menos para mí. Se piensa ilusoriamente en el pasado y el porvenir. En qué se ha hecho hasta el momento, qué se puede hacer, qué se quiere hacer, en diferentes aspectos de la vida. Claramente una etapa termina y comienza otra.
No se quiere, no se decide ser artista, uno descubre simplemente que lo es. Como un designio, una fatalidad, no es una voluntad.
«Cuarenta»
3. Las escenas de fiesta y bohemia muestran un aire cercano a la época dorada del jazz y música popular de mitad del siglo XX. ¿Consideras que esta afinidad, tanto en estilo y contenido, representa un acto artísticamente “político”? 
No lo percibo de esa manera. Quiero decir, Rembrandt o Bach pueden ser disfrutados ahora mismo. Son contemporáneos de Liu Xiaodong o Arvo Pärt.  O de Armstrong o Mingus, para acercarme al ejemplo de la pregunta. Tampoco estoy para nada en contra de las manifestaciones que podrían considerarse más innovadoras del Arte actual. Estoy a favor de la autenticidad artística en cualquiera de sus manifestaciones y la ética del Arte es trabajar muy lejos de la mediocridad. El desarrollo natural del arte no implica eliminar una expresión artística en favor de otra. La realidad nos demuestra la simultaneidad de técnicas y estilos coexistiendo ahora mismo y cada una encontrando su campo de desarrollo que, por supuesto, puede variar en cuanto a tendencias del momento y a determinados intereses de espacios particulares, llámense museos, galerías, centros culturales. Al final, todo es absorbido por el Mercado. En todo caso, en mí, es una predilección temática que responde a un interior más bien moderno tardío en cuanto a la técnica. En resumen, la ya vieja pintura de la Escuela de París persiste en el mundo contemporáneo y su eco es evidente y fresco en muchos de los principales pintores de la actualidad.
4. A pesar de exponer en el extranjero, eres un pintor cuyo centro de acción es el Perú. ¿No consideras la opción de migrar, o es que en la actualidad ya no se “lo exige” al artista, sobre todo latinoamericano en relación a Europa?
Es una excelente pregunta, que responde al conflicto de la identidad producto de nacer en países como el nuestro, supuestamente en la periferia de la cultura. Entre otros, Gombrowicz hace una reflexión tajante en su libro “Testamento”. Él llega a decir que el artista perteneciente a estos países periféricos debe romper totalmente con sus países, considerarlos no sólo un obstáculo sino incluso “el enemigo”. Tal vez, producto del momento en que me encuentro, no me parece necesario tal extremo. Sin duda hay muchas más opciones, más oportunidades en los grandes centros del arte de los países desarrollados. Claro que también muchos más artistas luchando por salir adelante. Y, como sabe cualquiera que haya viajado un poco, una vez en dichos lugares es abrumadora la cantidad de arte a mano. Sí he considerado la opción, pero precisamente es eso, no una
exigencia. La verdad, mi principal interés es cada vez lograr mejores pinturas. Los pintores que admiro, más allá de algunas temporadas en el exterior, básicamente hicieron su vida aquí y lograron una obra poderosa, como Sérvulo, Humareda, Herskovitz, Polanco, Alcalde.  Ahora, lo que pudieron haber logrado de haberse desarrollado en algún centro del arte mundial es algo que no sabría decir.  Porque sus obras están totalmente ligadas al lugar en el que hicieron su vida y esto no es una obviedad pues la gran mayoría de artistas plásticos podrían haber producido lo mismo aquí o en Marruecos. Las ucronías no me han interesado.  Por otro lado, siempre me he sentido muy atraído por Lima cuando estoy fuera de ella. La ciudad es horrible, peligrosa, en su gran mayoría inculta, feroz incluso y sin embargo mi sentido de pertenencia a este infierno es total y me desenvuelvo con una solvencia que, bien vista, podría resultar desconcertante.
«Banda»

5. Son pocos los artistas que se dedican y viven únicamente de su arte y tú eres uno de ellos. ¿Qué tan difícil resulta ello en el Perú? ¿son más los obstáculos que las ventajas en el caso de la pintura?
Ser artista es una apuesta contra todo y contra todos. La pintura requiere una profunda soledad que es sumamente difícil de conseguir porque el artista es un hombre también y el mundo lo llama. Ese conflicto va a suceder en Lima o en Londres. He elegido el camino del perro, escribió Van Gogh refiriéndose a la vocación pictórica. Bueno, es así, por lo menos los primeros años y, si te va mal, puede que toda la vida. Supongo que un pintor, comparado con un músico o un poeta, o un actor de teatro incluso, tiene más opciones de supervivencia.  Es verdad que de un tiempo a esta parte me va bien, pintando con lista de espera y siempre con invitaciones a mostrar mi obra, pero eso es resultado de un esfuerzo de trabajo constante durante años que no es nada fácil de mantener, especialmente en un medio con escasos estímulos como el nuestro.
6. Una duda contemporánea. ¿Cómo percibes la convivencia entre la pintura al óleo (o acuarela, acrílico, entre otros) y las nuevas posibilidades de creación digital? ¿Existiría alguna tensión en cuanto al mercado?  
Más que tensión, pienso que terminará siendo una opción más de compra en el áspero tema del mercado. Hay una intención manifiesta, además, de crear productos específicos para la virtualidad. Los NFTs y similares apuntan a ello. A pesar de que se ha demostrado muy pronto de la burbuja que significaron y su inexistente valor comercial. Dicho esto, es claro que la pintura al óleo seguirá siendo la categoría más cotizada del arte como hasta ahora. En fin, el llamado Mercado del Arte es un tema bastante desagradable la verdad.
7. Tus próximos proyectos o presentaciones. 
Varias colectivas y una próxima exposición individual en Lima para el próximo año ya confirmadas. También hay invitaciones para nuevas individuales en el exterior.
Fotografía del artista: Aissa Javier

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