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Aquel maníaco 1983 ¿Qué escuchaban los peruanos hace cuarenta años?

Por Sergio Herrera

Pensemos en el país que teníamos hace cuarenta años. Ya no vivíamos bajo una dictadura, pero sí agobiados por la violencia interna y una crisis económica galopante.  Sin embargo, la vida continuaba y para millones de peruanos, la música suponía una distracción, una suerte de bálsamo para el día a día complicado. Vamos a repasar la banda sonora de aquel 1983, marcado por tragedias como el Fenómeno del Niño y los mártires de Uchuraccay. Pero también por sucesos más triviales como el nacimiento de dos canales de televisión (Andina y ATV) y el triunfo electoral de “Frejolito” Barrantes como alcalde de Lima. Por aquellos años, lo más cercano que tenía el Perú a las listas de éxitos musicales como Billboard (EE UU) y el UK Singles Chart (Reino Unido) eran los ránkings radiales. Consultar dichas listas permite obtener un retrato de las modas musicales de una época. Y así, algo que nació cotidiano se transforma de manera impredecible en un documento histórico. Quizás la lista más icónica fue “La Más Más” (1976-1989) de Radio Panamericana. Un ránking que recopilaba las canciones más solicitadas por el público. Mediante votaciones, luego se presentaba en un concierto anual los videoclips a todo color para el disfrute de los fanáticos. Y también se elegía a la “Más Más”, la canción más popular del año.  La presentación de 1983 se organizó por última vez en el Campo de Marte y la ganadora fue Maniac de Michael Sembello. Hoy es un lugar común en las radios del recuerdo y no es para menos: en su momento causó furor en las pistas de baile por su ritmo trepidante de bajo y cajas de ritmo. En las primeras escuchas los sintetizadores suenan un poco oscuros y no es para menos: la canción originalmente hablaba de un asesino despiadado. Todo cambió cuando Phil Ramone, el veterano productor de Billy Joel, la adoptó y decidió convertirla en un homenaje a una bailarina.

 

Por aquellos lejanos ochenta, todo era pura imaginación, creatividad en clave absurda, en fin. Pero hoy es la realidad.

 

Fue cuestión de tiempo para que sea emblema de la película Flashdance y hasta obtuvo una nominación al Oscar por “Mejor canción original”. Quedó un clásico que cautivó a los peruanos y que lamentablemente, Sembello no pudo superar. A quien sí pudo superar momentáneamente en popularidad en el Perú fue a Michael Jackson. Aun así, Beat It quedó como la primera “Más” del ‘83 y lo cierto es que tenía credenciales de sobra. Es el punto más alto de Thriller, porque representa a Michael rompiendo el molde de la música bailable y aventurándose al terreno incierto del rock. Y sale airoso, felizmente. El solo de guitarra épico de Eddie Van Halen queda como uno de los picos de aquel disco multiventas. Y como ya hablamos de la era de MTV, el videoclip supera cualquier expectativa. No es tan delirante y revolucionario como el de Thriller, pero aquella lucha de bandas callejeras que se transforma en una coreografía ágil, es un despliegue de talento y osadía. Más abajo en la lista, encontramos otras canciones que han perdurado en los terrenos de Oasis, Mágica y Oxígeno. Representan, cómo no, diferentes emociones que en alguna vez se manifiestan en la juventud. Desde el amor obsesivo en Every Breath You Take de The Police hasta la consigna de “pasar la página” en Goodbye to You de Scandal. Buena parte de estos clásicos obedecen al synth pop. Atrás había quedado la fiebre por la música disco y ahora se respiraba un gusto por los ritmos más artificiales y los videoclips de alto impacto. Aunque bien, era la norma general, más no la definitiva. Podríamos ubicar en el top 3 a los Men at Work y su Down Under, un rock convencional, pero guitarrero a leguas. O a David Bowie y los únicos hits que le han sobrevivido en la radio peruana: el Duque Blanco aparece recién en los puestos 14 y 15 con Modern Love y Let ‘s Dance. Temas comerciales como pocos en su carrera, pero con una marcada influencia del soul norteamericano de los años sesenta. También había espacio para las baladas sentimentales: épicas como Total Eclipse of The Heart de Bonnie Tyler o elegantes como True de Spandau Ballet. Cada cierto espacio, asoma un artista hispanohablante, normalmente con temas lentos y románticos: Y cómo es él de José Luis Perales, Quién piensa en ti de Gonzalo o Solo pienso en ti de Guillermo Dávila, esta última, catapultada por el éxito de la telenovela venezolana Ligia Elena. Esta última es la prueba que la mayoría de estas canciones se quedaban en la memoria colectiva por algún producto audiovisual. Y en ese sentido, los videos de cantantes en nuestro idioma solían limitarse a las telenovelas o a las clásicas presentaciones con playback. Por eso quizás se ven opacados por los hits del mercado anglosajón. A partir del año siguiente, la irrupción del rock argentino y chileno a las ondas radiales cambiaría radicalmente este panorama. Los peruanos pronto se rendirían a la Voz de los ochenta de Jorge Gonzales y a los Clics Modernos de Charly García.  Como curiosidad, si bien los horrores de aquel entonces ocupaban la agenda mediática y los temas de conversación, aún aparecían espacios donde el futuro prometía a mejor. La ciencia ficción ganaba terreno en el cine de Hollywood y en la música, cada cierto tiempo, salían canciones que miraban más allá. Casi al final de la lista de Panamericana, encontramos al español Miguel Ríos y su Amor de computadora. Con líneas como la agencia del amor cibernético y programé a esa chica que yo imaginé, nos lleva a pensar en redes sociales, aplicaciones de citas y hasta en la inteligencia artificial. Por aquellos lejanos ochenta, todo era pura imaginación, creatividad en clave absurda, en fin. Pero hoy es la realidad.

 

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