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Entrevistas Literatura

Abraham Carbajal: «Disfruto la literatura infantil con el alma de un niño»

En mi experiencia como docente de diferentes talleres, he podido comprobar que los niños tienen una imaginación que debe estimularse para que en su juventud se traduzca en inclinaciones profesionales de diversa índole. Todo niño es capaz, y pienso que la literatura los estimula, haciéndolos pensar más allá de las cosas.
Abraham Carbajal Gonzales es  limeño desde 1988. Actualmente estudia el último año de Filosofía en UNMSM. En 2011 incursionó en el mundo literario en una antología de poesía hispánica contemporánea titulada Con otra voz, editada en EE.UU. En 2013, su poemario Espejismo natural recibió una mención honrosa en el Premio Celit convocado por el Centro de Estudiantes de Literatura de su casa de estudios.  Ese mismo año fundó la revista literaria El Bosque, junto a compañeros de la UNMSM y PUCP, la cual dirije hasta la actualidad. En 2015 autopublicó una colección de poemas, y en 2016 la editorial Poetas y Violetas publicó su cuento «Mariana y el trazo perdido». A mediados del 2016, su cuento «El niño que vivió en un grano de arroz» fue premiado por el ICPNA en la 7ma bienal de cuento para niños. Actualmente prepara una novela infantil y edita un par de libros más de narrativa.

La revista El Bosque promueve a los nuevos exponentes del arte literario y arte visual, ¿Desde cuándo nace el proyecto?Sobre todo en lo literario, aunque hemos publicado fotografías e ilustraciones, principalmente la revista se enfoca en creación literaria. Preferimos jóvenes porque fue fundada por alumnos de San Marcos y PUCP. Y mantuvimos esa idea porque necesitamos artistas que refresquen lo actual, y reflejen por supuesto sus propias inquietudes y motivaciones frente a la sociedad. Es por eso que darles un espacio sincero y democrático es un estímulo importante, ya que somos conscientes de que es difícil que revistas de cierto renombre publiquen a un autor desconocido. Nosotros no pedimos muchas cosas, como una ampulosa biografía o publicaciones, sino que simplemente convocamos a aquellos jóvenes que sienten y disfrutan escribir, sobre todo eso, disfrutar del ejercicio creativo. Y llamamos a que nos envíen sus trabajos, y en la mayoría de los casos apostamos por ellos publicándolos, porque la experiencia nos ha demostrado que los resultados a corto y mediano plazo son realmente gratificantes.

 

Siendo promotor cultural ¿Qué opinas de los medios masivos con respecto a la sección cultural? ¿Es indiferencia, o consideras que no existen suficientes medios en el Perú?

En realidad no me considero un promotor cultural, porque esa es una responsabilidad más amplia y completa; conocer políticas culturales, crear espacios físicos y articular propuestas que se mantengan a lo largo del tiempo, procesos, etc. Lo que hago es solo encargarme de la revista, y realizar cada cierto tiempo eventos que convoquen a diferentes tipos de artistas, desde escritores hasta actores, y darles un pequeño espacio para que puedan mostrar su trabajo a un público siempre ávido de nuevos autores. Ser como un empujón inicial más que nada, que todos en algún momento lo hemos necesitado. Yo empecé leyendo poemas en La Casa de la Literatura Peruana, allá por el año 2011, y fue accidental, Nori Rojas, quien organizaba veladas culturales los martes, de pronto recibió una llamada porque un poeta invitado se había quedado atrapado en el tráfico de Lima. Me vio a mí en el público y me preguntó si yo era poeta. En ese tiempo tenía poemas por toneladas, era un joven animoso –no quiere decir que ahora no lo sea-, y le dije que sí. Yo nunca dudé de mi condición de creador, pero le dije que ese día no había llevado más que un libro de poesía canadiense. Y fue que ella me dijo que no importaba, pero que leyera bien. Y lo hice, la velada estuvo muy buena, y desde ese día me invitó a los martes a leer mis propias creaciones con otros poetas de Lima y provincia. Sobre el otro punto de tu pregunta, pienso que no es indiferencia, sino ignorancia. Muchas personas por la misma formación que tienen y el entorno, están más acostumbradas a consumir otro tipo de entretenimiento. Tal vez ahora, en estos últimos diez años, hay un gusto colectivo acentuado por propuestas literarias, hace poco vi por ejemplo una web de buscadores de libros, y me he quedado sorprendido por la cantidad de personas que quieren leer.Actualmente existen algunas paradojas con respecto a los que incursionan en la Poesía. Por ejemplo, los que poseen un escaso manejo de la métrica, rima y ritmo,  pero que les favorecen una temática que atrae al común denominador, y los que poseen cualidades para escribir sofisticados versos,  pero que recaen en elitismos ¿Cuáles serían los procesos de evaluación para destacar a los poetas en nuestra sociedad? O consideras que ahora todos pueden hacer poesía?

En realidad la poesía es un ideal. El poeta escribe apenas el tono difuso que en su mente se originó en algún momento. Y aquí hay dos cosas: imagen y ritmo. He visto a muchos jóvenes que se autodenominan poetas, que quieren violar las reglas cuando las desconocen totalmente. Y claro, también está el muchacho que tiene un excelente poema, pero que lo mata cuando lo empieza a leer. Por la forma grotesca, mal pronunciada y sin apasionamiento, aunque sea el más mínimo, parece que leen una sentencia del juzgado o una lista de receta. Pienso que la poesía como ejercicio de trabajo con la palabra, no está en ninguno de los dos extremos, ni en la música ni en la imagen, sino que tiene un poco de los dos. Es verdad que actualmente hay textos que se quieren hacer pasar como poemas o peor aún, como poesía, y los encuentro realmente muy sórdidos. Nadie niega que la tecnología esté en boga, y que ahora vivamos más rápido quizá que hace treinta años en relación a la comunicación, pero eso no quita que la delicadeza en el poema deje de existir. Uno puede denunciar la opresión o la explotación, o arremeter contra la corrupción, utilizando un manejo limpio e ingenioso del lenguaje, porque recordemos que es un arte, no un panfleto que lo puede escribir cualquier hijo de vecino. Se necesita práctica, textos desechados, lecturas, atención a los detalles y práctica otra vez.
En cuanto al panorama actual ¿Has notado una evolución en la valoración y aceptación del arte en la sociedad?
 Los impedimentos socioeconómicos son el pan de cada día, sin embargo ahora el internet ha podido cerrar abismos, cosa que no sucedía décadas atrás. Ahora si quiero leer solo debo descargar el libro en mi celular o tablet y empezar a leerlo. El arte sobrevivirá junto con el hombre, así que no hay que preocuparse por si las personas valoran positiva o negativamente las obras, porque ahora lo comercial en la mayoría de los casos reemplaza a lo artístico. Un libro sale, se tira miles, porque simplemente vende. Queramos o no, la obra de arte que es realmente el sentir de un artista, tiene ese desafío, tener el mismo vigor e independencia para salir y competir con los productos que las diferentes industrias crean para vender. Es todo un desafío, y los artistas de alma resistente sé que estamos aquí para eso, para batallar y quedarnos.
 
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Después de haber leído tus obras: ‘Mariana y el Trazo perdido’ y ’El Relojero’, se puede distinguir un marcado gusto por algunos géneros literarios. Sería interesante que nos menciones quiénes fueron o son tus principales influyentes literarios.

Hay un libro que me cambió la vida, que es de Jan Ormerod, una escritora australiana. Lo leí cuando tenía seis años y quedé cautivado, es el libro con más lecturas que he tenido, lo leía todos los días al volver del colegio, en el transcurso de un año. Aún recuerdo el inicio: “Un día Pollo Repollo fue al bosque a buscar comida, y de pronto le cayó una nuez en la cabecita, pero él pensó que era el cielo y quiso contárselo al rey”.
 
El año pasado presenté el libro para niños que mencionas, y ese me llevó a conocer el Cusco, los niños totalmente felices mientras narraba la historia fue el mejor regalo. Tal vez sea un eco del primer cuento que leí, aunque cambian muchas cosas, pero hay un móvil y es la pérdida de algo o de alguien. En mi libro Mariana busca a su trazo perdido, y en el libro de Jan Pollo Repollo busca al rey para contarle el asombroso hecho que el cielo le cayó en la cabecita.
 
Referencias más recientes de otros autores, puedo mencionarte a Michael Ondaatje, Mark Twain y la Ormerod. Realmente mi incursión en la literatura no fue la convencional, ya que cuando era adolescente lo primero que cayó en mis manos fue una antología de poesía canadiense, libro que curiosamente hizo que leyera por primera vez de manera oficial en público. Así que ese barco me llevó por otros puertos.
 
El cuento El relojero es un guiño a un chiste que me contaron hace mucho, además también porque por donde vivo, siempre paso por un relojero, al cual cierto día vi angustiado porque se le había malogrado el reloj pulsera y tenía una cita, y no sabía cuál de todos los relojes que tenía en la pared y la vitrina estaba a la hora.
 
Desde tu perspectiva ¿Quién es el peor enemigo del arte?
 
Pienso que el arte lo que tiene es sencillamente un mal o buen manejo. Lo que puede perjudicar la obra de arte es solo rechazar o facilitar la posibilidad de exposición para que llegue al público, y que esa estética, la cual nació desde lo más profundo del artista, pase la prueba del sentir común. Pienso que lo más terrible es negar la exposición de un mensaje construido estéticamente con un esfuerzo de vida y experiencia, después lo demás me parece que es accesorio. Como dije antes, el arte tiene en sí mismo una independencia que está incólume de intenciones económicas o prejuiciosas. Los hombres mueren, la obra respirará frente a otros sentires, he allí su reivindicación, impedir su salida y exhibición es, pienso yo, el mayor obstáculo.Define el arte de la Literatura
La literatura como arte es la creación de belleza a partir de la palabra. Una construcción puede resultar bella cuando rompe algunos límites de la imagen plástica determinada. Por ejemplo cuando el lenguaje, la pausa, los silencios, configuran una armonía y un cuadro pictórico mental, se puede decir que el escritor tiene realmente un conocimiento de su labor como artesano del verbo, porque trata de escoger los mejores elementos y con ellos empezar a construir su castillo que viene a ser la historia, pero no con cualquier material, sino con el más hermoso, preciso y reluciente.

¿Qué te motivó incursionar en la literatura infantil?La literatura infantil me gusta porque la disfruto con el alma de un niño, que pienso que es el tacto que no deberíamos perder al pasar el tiempo, esa novedad con que se descubren las cosas me parece la más franca experiencia con el mundo.

En mi experiencia como docente de diferentes talleres, he podido comprobar que los niños tienen una imaginación que debe estimularse para que en su juventud se traduzca en inclinaciones profesionales de diversa índole. Todo niño es capaz, y pienso que la literatura los estimula, haciéndolos pensar más allá de las cosas.
De todos los escritores del mundo ¿Con quiénes te gustaría entablar una tertulia?
 
Michael Ondaatje, pienso conocerlo pronto, vive en Canadá y le encantan las tertulias. Y me hubiera gustado hablar con Jan Ormerod, pero lamentamente a inicios de este siglo nos ha dejado.

 

Para terminar ¿Cuáles son tus proyectos para el 2017?

Terminar de escribir una novela infantil corta, que sería la versión extendida de Mariana y el trazo perdido, para niños un poco más grandes y de lectura de largo aliento.

Presentar el cuento que el ICPNA premió el año pasado en su bienal de literatura infantil, que titula El niño que vivió en un grano de arroz, que aparecerá a fines y espero hacerlo público y compartirlo con ustedes también.

También seguir con la revista, recibiendo colaboraciones de jóvenes y propuestas de algún cambio o adición en su contenido, toda sugerencia es bienvenida. Luego ideas para más historias están, solo esperando que se cocinen mejor, y ya en una próxima reunión te contaré más.
 
Quiero agradecerte finalmente por la entrevista, Lucía, porque sabemos nosotros mejor que nadie, que hay una recompensa en este sentir común del artista, cuyo logro más allá de las pretensiones económicas, creo que radica sobre todo en el espíritu satisfecho y en la alegría que puede uno llegar a transmitir con su trabajo en pro de la libertad individual, la cual paulatinamente generará la de los demás, en la medida que se atrevan también a explorar otros horizontes artísticos.

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