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Literatura Reseñas Literarias

Reseña de “Kuya Kuya”, de Óscar Colchado, y “Debajo del ropero”, de Jorge Casilla

Por Aarón Alva

Es un error pensar que los cuentos y novelas infantiles deben contener un arca redentora, nutrida de consejos y estatutos morales; es un error con el que la industria audiovisual vapuleó décadas enteras (y en ocasiones sigue vapuleando), con fines, irónicamente, no siempre “infantiles”, sino de alta y cuestionable corte subliminal. Por supuesto, hay excepciones que de cuando en cuando brotan con frescura y ambiciones opuestas. Desde los cuentos de los hermanos Grimm en su versión genuina, hasta Petit, el monstruo de la argentina Isol, entre otras, vale la pena indagar en este tipo de literatura, tratada, hay que decirlo, muchas veces con miedo.

Estos días leí las novelas cortas Kuya Kuya de Oscar Colchado, y Debajo del ropero, de Jorge Casilla. Aquí una breve reseña de ambas.

Publicada por el sello Editorial Norma, Kuya Kuya entrega un argumento sencillo: Pablo, un niño enamorado de Floria, su compañera de colegio y vecina. Si bien la historia concluye sin mayor sorpresa —los protagonistas unidos en familia—, esto pasa a un segundo plano cuando apreciamos el excelente trabajo de lenguaje y configuración local realizado por Colchado. Escenificada en un pequeño pueblo cercano a Huaylas, provincia de Ancash, la obra recrea parte de las costumbres de una comunidad andina, contada en primera persona por su protagonista. Desde vestimenta, comida, trabajo, cultivo del campo y hasta el contacto con la fauna local, la narración emplea una forma de español derivado estructuralmente del quechua, donde destaca el ritmo y sobre todo la naturalidad de la voz. Por sencillo y fácil que parezca, recordemos que el mal uso de la oralidad en novatos o plumas efectistas, produce un resultado desastroso.

Por otro lado, a pesar del “final feliz” de la historia y tratándose de un cuento infantil reciente, el autor de la célebre Rosa Cuchillo no cede ante posturas de moral castigadora. En el relato hay niños que pelean, hermanos mayores que animan a “embrujar” y a la persona deseada: Kuya Kuya es el nombre de la poción hecha a base del pajarillo tuktupillín, al cual hay que matar de un hondazo para fabricar la pócima y que el personaje confiesa haber usado finalmente para conquistar a Floria.

Asimismo, hay frases como esta:

—A ese cholo feo, bizco, mala traza, ¿qué pues lo habrá visto la muchacha para que lo siga?

Es cierto que aquellas expresiones son oídas por el protagonista, pero es destacable su reproducción, pues, repetimos, no cae en el postizo ablandamiento conque suelen escribirse ciertos textos infantiles por estos días.

Además del enamoramiento del personaje se aprecia la relación con su familia, sus labores de ayuda en la chacra y los mandados que realiza para los vecinos, sus días en el colegio, entre otras actividades locales, caracterizadas con credibilidad.

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Debajo del ropero, de Jorge Casilla, publicado por Ediciones Altazor, inicia su aventura en la geografía urbana de Lima. Doña Rosario, una anciana abuela cuida de su nieta Adriana, mientras los padres y hermana menor de la pequeña parten a una reunión. Adriana se pierde el paseo por castigo, a causa de malos tratos hacia Camila, su hermana menor. Es cuando la abuela recibe el encargo de hablar con la niña sobre su conducta. Se sabe que Adriana ha dicho algo “feo” a su hermana, pero no se revelan las palabras en sí. Entonces, Doña Rosario decide contarle a su nieta una historia de su propia niñez, con un arranque en parte similar: un día, Rosario de niña rompe el avión de juguete de su hermano Sebastián y pierde una de las hélices; él le reclama con palabras susurradas al oído, las cuales tampoco son reveladas, pero que llenan de miedo a la niña. Cuando Sebastián se dirige a la cocina y su hermana lo observa revolviendo cuchillos y tenedores, teme lo peor y corre a esconderse debajo del ropero. Y es ahí donde inicia la aventura fantástica de la joven Rosario, al descubrir una especia de pasaje mágico a una versión duplicada del mundo real.

Una vez dentro, conoce a un pequeño ser de piel rosada que no recuerda su nombre y monta una rata llamada Roequeso. En principio todo va bien entre ambos personajes, pero Rosario descubrirá que el ser que acaba de conocer esconde una personalidad conflictiva. Volver al mundo real se convertirá en una difícil aventura.

Al igual que la obra de Colchado, Casilla presenta una historia nada complaciente. Existen a su vez personajes que pierden y jamás alcanzan ni alcanzarán la redención; existe un indicio de perversidad muy humana, trabajado a modo de dato escondido, elemento que confronta al lector adulto e intriga al infantil sin concesiones facilistas. Por otro lado, destaca el uso de la técnica de cajas chinas (tres historias dentro de una principal), así como el préstamo mitológico de aquel descenso al inframundo en busca del objeto deseado (Rosario va en busca de la hélice del avión de su hermano). Asimismo, si bien aparece la llamada a la aventura del héroe por parte del Trickster, representado en el niño rosado, este configura también una invitación al despertar adolescente adulto, condenado en parte a la derrota si el camino vital resquebraja sus etapas. No todos triunfan, porque, así cueste aceptarlo, no todos pueden.

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