Por: Aarón Alva

En una entrevista sobre su libro de ensayos Descolonizar el lenguaje, Patricia de Souza menciona respecto a la figura de la mujer: Es el control de su cuerpo lo que se necesita por ser clave para la supervivencia de la especie, lo que hace también que se convierta en una mercancía. Y es que su obra, trabajada desde la ficción, ensayos, artículos y hasta un blog personal todavía disponible en la WEB, se construye casi en su totalidad sobre la conciencia femenina y el papel de las mujeres en la historia, abordada, sin embargo, desde el lenguaje como principal recurso, tanto literario como político. Sobre el mismo, la autora comentó:

“Sentía una presión fuerte que identificaba como un modo “masculino” de escribir. Tenía que encontrar mis propios códigos. Con el tiempo he comprendido que esta “manera” aparentemente inocua de escribir que los hombres usaban con tanta naturalidad, la linealidad narrativa, los personajes, me transmitía una visión del mundo en que la mujer no poseía subjetividad.”

El último cuerpo de Úrsula, novela corta reeditada por Hipatia Ediciones, se sostiene en la exploración del cuerpo femenino y el placer a través de una narración más sensitiva que visual, lo cual, si bien es su virtud principal, también representa un riesgo formal. La autora apuesta por anular casi toda escena gráfica y segregar desde la voz de Úrsula un despliegue de pensamientos y emociones casi total, guiado por etapas puntuales en la vida de la protagonista, partiendo de la conciencia de su cuerpo herido. El dolor, entendido como el salto hacia una nueva etapa de aceptación y reflexión, trajina sobre Úrsula de un modo revelador para consigo misma y abre camino hacia una búsqueda interna, lejos de toda inercia del fin como única posibilidad. La muerte y la enfermedad, el desconsuelo aunado al placer son los temas recurrentes del texto, desarrollados desde las relaciones de familia, pareja y amistad, donde cada conflicto es asumido por Úrsula desde un ángulo salvaje a la vez que dócil.

De igual modo, a través del sondeo intimista se configura una visión de la ciudad, pobreza y prejuicios raciales, muy distinta del tono comúnmente usado en parte de la narrativa peruana. Los brazos urbanos que percibe Úrsula se revisten de una poética propia, acomodada como extensión del dolor de su cuerpo.

La obra resalta en su intención política artística. De acuerdo con el prólogo de Miluska Benavides, de Souza busca desligarse del modelo hegemónico de la novela “realista”, sobre todo de nuestro país a fines del milenio pasado, y dirigir su luz hacia lo que podría pensarse como un cuerpo lastimado del que nace el apetito por conocerse, aceptarse, sanar y también violentarse, no tanto a través de acciones, sino del recurso total del lenguaje. Escribir para Úrsula, y escribir fuera de toda cronología es su carta pase a un estado y forma que no hallaría puerto en el mundo real. Sin embargo, aquel riesgo no la libera de cierto clichés y pasajes lentos aún dentro de su ritmo, pues, el texto, hay que decirlo, se ahoga por ratos en su propia forma. Por supuesto, eso no resta mérito al planteamiento, digámoslo, valiente de Patricia de Souza, no solo como escritora, sino como artista que busca y explora su propia voz y personalidad, y sobre todo, que da la contra. Acto saludable en el arte.

Ficha técnica:

El último cuerpo de Úrsula
Autora: Patricia de Souza
Editorial: Hipatia Ediciones
142 páginas
Tapa rústica